MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
PARA SUS HIJOS FIELES LUEGO
DE LA VICTORIA DE LA VIDA SOBRE LA MUERTE
9 de Agosto de 2018 Buenos Aires, Argentina
Amados pequeños míos. Yo vuestra
Madre os saludo y bendigo.
Han sido días arduos y cansadores
para mis pequeños, muchos han viajado desde lejos para hacer llegar sus
peticiones a vuestros
dirigentes.
Yo he estado con ustedes y lo
estaré siempre. Hoy descansaréis pero a partir de mañana preparaos nuevamente
para la lucha porque el demonio no descansa, como dije en el mensaje de ayer,
está
furioso por la derrota, las
fuerzas infernales han sido humilladas por aquellos, mis apreciados niños, que considera
insignificantes ante su poder destructivo.
Pero vuestras oraciones unidas a
mí, fueron su derrota y a la vez, escudo contra sus ataques e insidias
infernales.
Alegraos y festejad por el
triunfo de la Vida pero no caigáis en grandes celebraciones y borracheras porque
el demonio ha planificado en lo oculto volver al ataque y como Madre debo
alertaros para que volváis a estar en guardia; ha quedado humillado y buscará
por todos los medios retomar la carga con la ley infernal, moverá los corazones
de aquellos que representan al pueblo para que abran el debate nuevamente y si
es necesario, llevarán el proyecto a instancias superiores.
Mañana mismo vigilad a vuestros
funcionarios, no perdáis pisadas, porque la ira y traición está en la puerta.
Mañana mismo vestíos de las armadura del buen cristiano y volved a la carga del
Santo Rosarios, penitencia y Santa
Misa. No relajéis rápidamente, no está mal que descanséis pero no bajéis la
guardia.
Mi niño mensajero ha descansado
algunas horas pero lo he llamado nuevamente a poneros en alerta para que el
triunfo de la luz sobre las tinieblas no sea en vano, sino duradera.
Recuperad fuerzas y tornad
prontamente a la vigilia.
Es mi deber maternal enseñaros
como piensa el enemigo del alma cuando es derrotado.
Las tropas infernales se
dispersan pero luego, vuelven a reagrupase para contraatacar, han aprendido de
la capitulación y de sus debilidades por lo que preparan nuevas estrategias
para que la próxima vez no sean derrotados.
Es como un reino que ha sido
atacado por sus enemigos, este se defiende en ardua contienda día y noche hasta
que vence a sus invasores.
Llega la victoria y con ella los
festejos del reinado con todos sus habitantes, entre ellos están su ejército y
aquellos que deben vigilar las murallas.
Grandes banquetes y felicidad
reina en las calles, pero también las idas y venidas de las bebidas, las horas
pasan, llega la noche y fuera de los límites de las murallas, las tropas
enemigos se han vuelto a reagrupar esperando que todos los que habitan dentro
de las muros caigan en profundo sueño y en las horas de la madrugada, antes de
que despunte el sol, hora de las tinieblas, atacarán en golpe mortal y
decisivo.
Los guardias están dormidos como
su ejército, y en gran sigilo las fuerzas enemigas penetraron el reino sin
demasiada resistencia, destruyendo y tomando prisioneros a todos.
El demonio dice que los católicos
se contentan en la primera victoria, creen que lo han derrotado totalmente al
enemigo, os relajáis, bajáis la guardia y la defensa, pensáis que ya nada
pasará y ese es el gran error de mis niños, confían demasiado en sus propias
fuerzas, las cuales son sus debilidades y los conducen a la derrota.
Soy Madre de la Humanidad y ante
tal privilegio concedido por Mi Dios, debo estar alerta y como Gran Capitana
vigilar que mis niños no sean tomados por sorpresa.
Os agradezco a todos por haberme
acompañado en la contienda, todos sus nombres ya están escritos en el Libro de
la Vida, cuando llegue el momento de presentaros frente al Señor, El mismo
dirá: He
escuchado vuestro nombre por la
boca de Mi Madre, sean benditos y bienvenidos a la Casa de Mi Padre.
No temáis si veis que las fuerzas
opositoras se agrupan en gran ferocidad, ustedes seguid en oración tal como
habéis hecho en los días previos a la votación.
Pero sed precavidos y sabios,
astutos para ver cada movimiento de los demonios y una vez descubiertos sus
planes cerradles el paso con la oración del Santo Rosario y la acción, el buen obrar
de los hijos de Dios.
Yo os estoy con Ustedes,
permaneced fieles hasta el fin, en los próximos mensajes os explicaré la importancia
del día de ayer.
Argentina será purificada, de tal
acto no podrá escapar, hay mucho que limpiar, el pecado no puede convivir con
los asuntos del Altísimo, no hay lugar ante Su mirada.
Pero el tiempo de la purificación
será acortado, gracias a la valentía de mis pequeños, en caso contrario se
habría extendido.
Dicha tarea está en manos del
Señor, es necesario soltar todas aquellas cadenas de pecado, miserias y tantos
males que no permiten ser un país libre en Dios Nuestro Señor.
No os asustéis por lo que os dije,
sino ejercitad la vida cristiana con dedicación y empeño como un atleta, solo
así saldréis vencedor en cada ataque del demonio y ninguna desgracia os
alcanzará.
Nuevamente os bendigo y aliento a
seguir firmes y de pie como os habéis hecho hasta ahora.
No juzguéis, ni critiquéis a
aquellos hermanos vuestros que están en el sendero opuesto, mis hijos no entran
disputas o discusiones que llevan a la agresión verbal o física, ni insultos,
enojos o improperios, porque si obráis de tal manera, tened por seguro que
habréis caído en la trampa de satanás y sin daros cuenta ya son parte de sus
tropas.
Mis pequeños, a imagen de mi
Jesús, son dóciles, delicados en las palabras y siempre atentos con sus
hermanos, porque vuestros enemigos son de carne y hueso como ustedes, proceden
de la misma mano creadora, y vuestra misión es salvaros de la condenación
eterna.
Compadeceos por ellos, no saben y
no conocen del Amor de Dios. Son violentos porque el pecado es violento, en
cambio, si dirigís las oraciones a ellas
para su conversión, veréis los frutos y la deserción de las tropas nocturnas,
muchos abrazarán la luz.
Mantened vuestros sentidos
puestos solo en el Señor y cubríos con las Sangre del Cordero para que nada os
haga vacilar.
Os bendigo en el Nombre del
Padre, del Hijo y de Espíritu Santo. Amén.
Estoy con todos ustedes siempre.
Vuestra Mamá Celeste.
Deseo que este mensaje
llegue a toda Argentina, a todas las naciones de Latinoamérica y el mundo entero.