ad-content'/> MENSAJES A GUSTAVO ARGENTINA ¡CONVIERTANSE Y REGRESEN!: TRIUNFO DE LA VIDA

TRIUNFO DE LA VIDA

MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
 PARA SUS HIJOS FIELES LUEGO DE LA VICTORIA DE LA VIDA SOBRE LA MUERTE
9 de Agosto de 2018 Buenos Aires, Argentina



Amados pequeños míos. Yo vuestra Madre os saludo y bendigo.

Han sido días arduos y cansadores para mis pequeños, muchos han viajado desde lejos para hacer llegar sus peticiones a vuestros
dirigentes.

Yo he estado con ustedes y lo estaré siempre. Hoy descansaréis pero a partir de mañana preparaos nuevamente para la lucha porque el demonio no descansa, como dije en el mensaje de ayer, está
furioso por la derrota, las fuerzas infernales han sido humilladas por  aquellos, mis apreciados niños, que considera insignificantes ante su poder destructivo.

Pero vuestras oraciones unidas a mí, fueron su derrota y a la vez, escudo contra sus ataques e insidias infernales.


Alegraos y festejad por el triunfo de la Vida pero no caigáis en grandes celebraciones y borracheras porque el demonio ha planificado en lo oculto volver al ataque y como Madre debo alertaros para que volváis a estar en guardia; ha quedado humillado y buscará por todos los medios retomar la carga con la ley infernal, moverá los corazones de aquellos que representan al pueblo para que abran el debate nuevamente y si es necesario, llevarán el proyecto a instancias superiores.

Mañana mismo vigilad a vuestros funcionarios, no perdáis pisadas, porque la ira y traición está en la puerta. Mañana mismo vestíos de las armadura del buen cristiano y volved a la carga del Santo Rosarios, penitencia y Santa Misa. No relajéis rápidamente, no está mal que descanséis pero no bajéis la guardia.

Mi niño mensajero ha descansado algunas horas pero lo he llamado nuevamente a poneros en alerta para que el triunfo de la luz sobre las tinieblas no sea en vano, sino duradera.

Recuperad fuerzas y tornad prontamente a la vigilia.

Es mi deber maternal enseñaros como piensa el enemigo del alma cuando es derrotado.

Las tropas infernales se dispersan pero luego, vuelven a reagrupase para contraatacar, han aprendido de la capitulación y de sus debilidades por lo que preparan nuevas estrategias para que la próxima vez no sean derrotados.

Es como un reino que ha sido atacado por sus enemigos, este se defiende en ardua contienda día y noche hasta que vence a sus invasores. 

Llega la victoria y con ella los festejos del reinado con todos sus habitantes, entre ellos están su ejército y aquellos que deben vigilar las murallas.

Grandes banquetes y felicidad reina en las calles, pero también las idas y venidas de las bebidas, las horas pasan, llega la noche y fuera de los límites de las murallas, las tropas enemigos se han vuelto a reagrupar esperando que todos los que habitan dentro de las muros caigan en profundo sueño y en las horas de la madrugada, antes de que despunte el sol, hora de las tinieblas, atacarán en golpe mortal y decisivo.

Los guardias están dormidos como su ejército, y en gran sigilo las fuerzas enemigas penetraron el reino sin demasiada resistencia, destruyendo y tomando prisioneros a todos. 

El demonio dice que los católicos se contentan en la primera victoria, creen que lo han derrotado totalmente al enemigo, os relajáis, bajáis la guardia y la defensa, pensáis que ya nada pasará y ese es el gran error de mis niños, confían demasiado en sus propias fuerzas, las cuales son sus debilidades y los conducen a la derrota.

Soy Madre de la Humanidad y ante tal privilegio concedido por Mi Dios, debo estar alerta y como Gran Capitana vigilar que mis niños no sean tomados por sorpresa.

Os agradezco a todos por haberme acompañado en la contienda, todos sus nombres ya están escritos en el Libro de la Vida, cuando llegue el momento de presentaros frente al Señor, El mismo dirá: He
escuchado vuestro nombre por la boca de Mi Madre, sean benditos y bienvenidos a la Casa de Mi Padre.

No temáis si veis que las fuerzas opositoras se agrupan en gran ferocidad, ustedes seguid en oración tal como habéis hecho en los días previos a la votación.

Pero sed precavidos y sabios, astutos para ver cada movimiento de los demonios y una vez descubiertos sus planes cerradles el paso con la oración del Santo Rosario y la acción, el buen obrar de los hijos de Dios.

Yo os estoy con Ustedes, permaneced fieles hasta el fin, en los próximos mensajes os explicaré la importancia del día de ayer.

Argentina será purificada, de tal acto no podrá escapar, hay mucho que limpiar, el pecado no puede convivir con los asuntos del Altísimo, no hay lugar ante Su mirada.

Pero el tiempo de la purificación será acortado, gracias a la valentía de mis pequeños, en caso contrario se habría extendido.

Dicha tarea está en manos del Señor, es necesario soltar todas aquellas cadenas de pecado, miserias y tantos males que no permiten ser un país libre en Dios Nuestro Señor.

No os asustéis por lo que os dije, sino ejercitad la vida cristiana con dedicación y empeño como un atleta, solo así saldréis vencedor en cada ataque del demonio y ninguna desgracia os alcanzará.

Nuevamente os bendigo y aliento a seguir firmes y de pie como os habéis hecho hasta ahora.

No juzguéis, ni critiquéis a aquellos hermanos vuestros que están en el sendero opuesto, mis hijos no entran disputas o discusiones que llevan a la agresión verbal o física, ni insultos, enojos o improperios, porque si obráis de tal manera, tened por seguro que habréis caído en la trampa de satanás y sin daros cuenta ya son parte de sus tropas.

Mis pequeños, a imagen de mi Jesús, son dóciles, delicados en las palabras y siempre atentos con sus hermanos, porque vuestros enemigos son de carne y hueso como ustedes, proceden de la misma mano creadora, y vuestra misión es salvaros de la condenación eterna.

Compadeceos por ellos, no saben y no conocen del Amor de Dios. Son violentos porque el pecado es violento, en cambio, si dirigís las oraciones a ellas para su conversión, veréis los frutos y la deserción de las tropas nocturnas, muchos abrazarán la luz.

Mantened vuestros sentidos puestos solo en el Señor y cubríos con las Sangre del Cordero para que nada os haga vacilar.

Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo. Amén.

Estoy con todos ustedes siempre. Vuestra Mamá Celeste.
Deseo que este mensaje llegue a toda Argentina, a todas las naciones de Latinoamérica y el mundo entero.