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PURIFICACION Y DESTINO DE ARGENTINA


MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA, LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, PARA ARGENTINA
Miércoles, 21 de Octubre de 2010.
Argentina



“Hijo mío, hace tiempo que he venido al mundo trayendo los regalos del Cielo para mis pequeños hijos, pero he visto como los desprecian de manera abnegada, rechazo pleno de las cuestiones del Cielo.

Durante muchos años he bajado a la tierra pero mis apariciones y milagros que el Padre Eterno ha realizado a través de Su Niña Celestial no han llegado a sus corazones como debían; sino que han permitido que los asuntos del mundo, guiados por el rey de la mentira, los reinen con grillete, manteniéndolos atados a las acciones del pecado y de muerte.

Cuanto dolor padece esta Madre cuando mira a sus hijos desde el Cielo, destruyéndose unos a otros, sin contemplar, aunque sea por un segundo en sus vidas, las calamidades que cometen así mismos, no se detienen a observar y meditar cuánto daño se hacen unos a otros, y en especial, a recapacitar cuanto han ofendido al Dios de la Vida.

¡Si supieran, hijo míos, que tan grande es vuestra miseria! Parecen bestias feroces de las más horrendas que hasta los propios ángeles caídos se sorprenden al verlos en tal estado; cuando más se alejan del Amor de Dios, más se sumergen en las tinieblas, donde éstas las envuelven hasta convertirlos en monstruos sin piedad o compasión por el más pequeño. Al llegar a tal grado de maldad, sus corazones dejan de ser frágiles, de carne, para ser convertidos en piedra.

Una vez, que su condición es cambiada totalmente por la propia elección del hombre, toda presencia divina desaparece de la criatura, permitiendo ser presa de los tentadores de la oscuridad, y hagan de ella una morada de desolación y aullidos de las criaturas infernales.

Cuanto dolor sufre esta Mamá que vela por ustedes, que los llama y no oyen. 

Pero más sufrimiento me causa, cuando ya no puedo hacer nada para salvarlos porque el alma ha preferido la muerte eterna ante que la salvación que dura para siempre.


Dile a tu pueblo, Argentina, que camina directamente hacia su propia desgracia sino cambia su curso por amor al poder y al dinero, se han alejado de la mano protectora de Dios; ya saben cuáles son las consecuencias al hacerlo.

Hoy, mi niño, he hablado a tu hermano e hijo mío, José y le he dicho que el pueblo argentino caerá en un río de sangre si no se arrepiente de sus pecados.

Arrepiéntete pueblo amado, pon tu rodilla en el suelo y pide misericordia al Dios Todopoderoso, porque la justicia ya está encima de tu cabeza.

No puedo detener más la mano de Mi Hijo Amado, el brazo de la Santa Justicia se hace cada vez más pesado para sostenerlo.

A medida que sus pecados siguen aumentando, más se baja la mano del Justo Juez. Miren como mis lágrimas llegan al suelo, mis niños. 

¿No se compadecen por su Madre?

Oh! Niños míos. Cuantas advertencias a través de mis criaturas predilectas, dispuestas a sufrir por vuestra salvación, he hecho llegar a cada rincón de esta tierra de Dios, pero solo unos pocos han sido capaces de retenerlas en sus corazones, solo unos pocos.

Esta tierra argentina, pronto, más rápido que canta un gallo, será sucumbida en el llanto, desorden y terror, se verán como los hermanos se asesinan unos a otros, porque es el tiempo anunciado por Mi Hijo en la Sagrada Escritura “…llegará el tiempo en que se enfrentarán padres contra hijos, hijos contra padres, hermano contra hermano.”

 ¿Qué más señales necesitan para despertar del sueño de fallecimiento en el cual han caído?

Este suelo sufrirá al ver como los jóvenes se destrozan y tiñen sus rostros de sangre, las iglesias arderán y su jerarquía se lamentará por estar tanto tiempo en silencio, alimentándose con alimentos para los ídolos.

Los gobernantes se traicionarán y se desencadenará una guerra del pueblo contra pueblo a causa de sus intereses sin Dios, uniformados se enfrentarán contra uniformados, el caos reinará por cada extremo de mi amada Argentina.

Esto que te he dicho, hijo mío, te lo hago saber porque el Padre me lo permite hacerlo conocer, ya que el tiempo de vuelta al sendero del perdón, casi está cerrado.

Este momento de aviso, estaba preparado y reservado por el Dios del Amor, instantes previsto por el Él, minúsculo lapso de tiempo antes de lo sucesos.

Oh! Pueblo sin Dios que quieres hacer de tu vida peor que Sodoma y Gomorra.

¿Qué te han hecho tu Creador y tu Madre para que los desprecies con tanto odio?

Una madrugada los habitantes de las tierras del sur despertarán con la noticia de que el caos es el rey de las calles, verán cómo se incendian edificios y se saquean viviendas, destruyendo todo lo que hay dentro de ellas, se despreciará la vida misma.

Grandes estruendos sacudirán los cimientos de este país y el rojo será el color que enarbolará los mástiles.

Pero no temas, mi pequeño rebaño constante, quien tenga un altar, por más diminuto que sea, con la imagen de Jesús, Nuestro Salvador, una Cruz y una imagen Mía, Virgen Fiel, María, la Mujer Vestida del Sol, seré Yo misma que junto con mi Ejército de Ángeles custodios protegeremos sus hogares.

Cuando vean esto, no salgan de sus casas, cierren sus puertas con firmeza y coloquen sobre el dintel de las mismas, una Cruz de madera como escudo protector contra la fuerzas de la oscuridad. Del mismo modo, harán en cada ventana u otra abertura que limite al exterior.

El hambre y la pobreza azotarán a la nación, serán flagelos de muerte y desolación a igual que la violencia, pero solo los que responden al llamado de la Madre se mantendrán en pie.

Cuando el gran momento de padecimiento pase por el pueblo argentino. Mi rebaño saldrá de su refugio y ayudarán a sus hermanos que han sido heridos o se encuentran enfermos.

Estiren sus manos, asístanlos en las necesidades que tengan porque estaremos juntos con Mi Hijo en vuestros corazones abrazando a cada alma, en el cansancio y la angustia.

La esperanza parecerá perdida a los ojos de los hombres ya nada tendrá sentido, pero un hombre que he preparado desde pequeño será quien llevará al pueblo el mensaje de amor y esperanza a cada habitante de Argentina. Será uno con Nuestros Sagrados Corazones…

Vuestros gobernantes, lo que tanto han preparado para el pueblo se volverá sobre ellos mismos y no podrán encontrar solución alguna, no tendrán control de sus propias artimañas, ellas serán quienes los devoren sin miramiento.

Mis niños, oren porque no saben cuándo el ladrón vendrá a saquearlos, estén preparados con las candelas encendidas, la llegada está cerca. 

La señal de lo que he dicho ha comenzado y ha sido en esta semana dolorosa de mi amada Argentina, llena de rencores y desprecios de hombre hacia el hombre llevándolos hasta la extinción misma.

Oren el Santo Rosario, tres veces oren, ayunen, confiesen sus pecados y comulguen el Santo Cuerpo de Mi Hijo Jesucristo, quien los espera todos los días en el Sacrificio Perpetuo.

Cuando la tormenta llegue a su fin vendrán los años dorados para Argentina, no existirán pobres ni ricos, sino una sola sociedad, verdadera comunión comandada por la Reina de todo lo Creado, seré una Madre que tendré a sus niños en su regazo para acariciarlos, abrazarlos con toda ternura y amor desmedido.

Debes prepárate, Mi Rebaño, para este santiamén, porque deberás esperar a tus hermanos que vendrán de otros países lejanos huyendo del opresor cuando ocupe el lugar de Pedro y la gran guerra se desate como un virus que se desparrama sin control.

Serán sus anfitriones, los hijos de María quienes esperarán a sus hermanos con los brazos abiertos para darles descanso luego de tanto batallar.

Prepárate ejército fiel, porque cuando menos lo imagines todo se cumplirá.
Deben saber mis chiquillos, que los sigo esperando como una madre que espera a su niño de que regrese a salvo de las altas horas de noche.

Gracias por haberme recibido en sus corazones. Vuestra Madre, María. Amén.


MENSAJE DE DIOS PADRE PARA ARGENTINA
Dictado el día Domingo, 8 de Enero de 2012.

Hijos míos, he dicho a mi hijo Isaías durante su pasaje por la tierra: “…he aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Yahvé, tu Dios, el Santo de Israel que te ha honrado…(Isaías 55, 5),” este es el tiempo en que mi tierra desconocida y despreciada por las naciones debe prepararse para recibir al forastero y al extranjero, se aproxima el tiempo de las personas que huirán de la mano del opresor, lucharán por la libertad de las libertades, buscarán un lugar donde refugiarse y esconderse de sus perseguidores.

Buscarán una tierra lejana que los albergue, un lugar de descanso para reposar sus cuerpos abatidos por la persecución, una tierra de abundante y verdes pasturas, de grandes llanuras, extensos valles y montañas ricas en minerales y riquezas que esperan ser descubiertos para mis hijos que pronto vendrán a visitarla, enormes lagos y espejos de agua para el sediento y castigado por el sol.

Oh!, tierra de Argentina que fuiste anunciada y rebelada a los profetas de la antigüedad, para que de generación en generación cantaran a sus hijos sobre el territorio reservado por Mi Hijo y Yo, Dios Todopoderoso, para los fieles del Señor.

Una nación desconocida y pagana sería la que escucharía y guardaría Mis Mandatos, reservaría en su seno el Amor de Dios y lo custodiaría hasta la Segunda Venida de Mi Hijo Predilecto.

Nación de grandes costas que fuiste moldeada por mis manos para el bien de tantas almas, hogar para tantos extranjeros que hoy viven en tu suelo, pero te has olvidado del pacto y promesa que hice a mis Profetas.


Todo lo que sale de Mi boca se cumple, nada dejo pasar porque Yo Soy el Dios de Israel y toda la Creación se estremece ante Mi Presencia. 

Pueblo mío que has guardado Mi Palabra y hoy te encuentras disperso por el mundo, mantente atento a la Señal que pronto se manifestará en el cielo, cuando éste se enrolle como un pergamino, entonces vengan a mi tierra bendita y santa que los espera, porque el Santo de Israel congrega a los suyos juntos con la Mujer Vestida de Sol.

El Aviso está pronto, preparen sus almas ovejas mías, prepárense ante vuestro Dios que los espera para darles una oportunidad más, no teman porque Soy un Dios Misericordioso y Compasivo, lento para el enojo. Muestra de Mi Amor fue haberles entregado a Mi propio Hijo Jesús, y a través de Mi Santo Heredero derramo Mi Misericordia sobre todos los pueblos y naciones de la tierra.

Ahora vuelvo a llamar a Argentina para decirle que vuestro Dios todo lo mira y escucha, mira en lo íntimo de cada uno de sus integrantes, sus pensamientos, sus sueños, escudriño donde mis hijos creen que no puedo ver. 

Llamo a los argentinos que enderecen el camino porque vendré a tomar medidas con Mi Vara de Hierro para ver cuán torcido o recto está, una vez que las mediciones hayan sido tomadas enderezaré el sendero en la dirección que corresponde, cuando sea llevada tal acción, vuestros pies temblarán y las lágrimas correrán por las mejillas.

No esperen que levante y sacuda la alfombra donde guardan y esconden todo aquello, que no desean que sus hermanos o vuestro Dios descubran, saquen a la luz vuestras miserias, confiésenlas.

Ante Mí todo será mostrado, el Aviso será un juicio particular, un examen de conciencia particular para cada alma y sabrá su destino si no cambia, Cielo o Infierno. Cada criatura tiene la elección del libre albedrío.

Tierra de grande llanuras, tu pueblo no ha sabido aprovechar las riquezas que posees, las han mal gastado en avaricia, prostitución, alcohol, droga, grandes banquetes, desenfrenos y vanidades de los hombres. Ha contaminado tu suelo y el agua, los seres que algunas vez habitaban en grandes cantidades, muchos han desaparecido; ha destruido tus bosques y selvas, y ha cambiado el curso de los ríos y arroyos a vuestro antojo como si él fuera un dios. Los animales de tantas variedades que alguna vez caminaron y surcaron los cielos, han sido exterminadas por la ambición del dinero, el dios de tu pueblo.

¿Qué debo hacer tierra mía con tus habitantes?

Te llamaré para que despiertes del largo sueño y sacudas el polvo que se ha acumulado por el tiempo, despiértate y observa lo que hicieron con tus bienes, todo lo pisotearon, se ha transformado en suelo de cerdos y de pecado.

Escucha la voz de tu Señor quien te dio forma como una vasija de barro, sacude tus entrañas, has temblar el suelo, llama a las aguas que recuperen sus curso y arrasen todo a su paso, llama a los insectos a que dañen sus cosechas y dile a las nubes que cierren sus fauces para que las sequedad se haga presente.

Enviaré pestilencia y hambre, soltaré la mano de la violencia de hermanos contra hermanos y el llanto será aterrador.

Diré al Ángel y Principado de Argentina que retire la protección para que la naturaleza haga lo suyo, fuego, aire, tierra y agua desaten su furor sobre los habitantes argentinos, pero dejaré una consigna especial, que solo atormenten a los impíos, duros de corazón y rebeldes a su Señor, en cambio a mis hijos amados y leales a Mis Mandamientos, les daré en abundancia y el alimento no faltará.

Si aun así, el pueblo no cambia y se atreve a desafiar a vuestro Dios con las leyes de muerte, debido a que el enemigo ha ingresado a sus hogares y los que allí habitan, lo invitaron a sentarse a la mesa, desechando Mi Presencia.

Entonces la violencia y el desorden en todos los ámbitos serán experimentados por el pueblo argentino, el enojo, la envidia y el odio de unos contra otros, caminarán libremente y poseerán a sus moradores para llevarlos lentamente a la muerte.

Vuestros gobernantes no encontrarán soluciones a medida que los acorralen los problemas, ya sea por agentes internos o externos, su soberbia nublará la inteligencia y quedarán congelados frente a tantos males.

El pueblo se asqueará de ellos y la revolución golpeará sus puertas.

No querrán saber nunca más de los que alguna vez los gobernaron y buscarán que alguien les traiga consuelo y escuche sus voces resecas y cansadas. Buscarán la luz porque la noche los atormentó por mucho tiempo.

Cuantas veces Mi Jesús y María, mi pequeña niña, han avisado de las calamidades que se aproximan si no cambian el rumbo de sus vidas. ¡Tantas y tantas veces!.

Todo ha sido tirado a la basura, los mensajeros fueron dejados a un costado porque la duda los consume y cuestionan a mis enviados. Así envíe al Cielo entero a alertarlos, no escucharán.

Entonces, Mi Voz resonará en cada rincón de Argentina y la nación temblará, reconocerá que hay un Dios que todo lo ve.

Por las promesas que hice a mis Profetas, no destruiré a esta tierra ni tampoco borraré su existencia.

La purificaré y la restauraré de todo mal y contaminación del pecado, enviaré al Espíritu de vida para que la resucite de la muerte en la que ha caído.

Una vez que Argentina ha sido restaurada, colocaré a reinar a un hijo amado, un profeta que camina entre su pueblo y este no lo ve, que escucha sus dolores y aflicciones pero este no lo ve, que sabe cuales son sus necesidades y este no lo ve. Es de estirpe de los santos de Dios y de su boca no saldrá mentira ni falsedades porque su corazón es puro y la Santísima Trinidad habita en él.

Es un hombre e hijo de María, el cual tiene por hermano y Señor a Jesús, su amigo, a Dios como su Padre y el Espíritu Santo su guía. Los ángeles son su custodia personal y los Santos del Cielo, son sus hermanos, los cuales oran ante Mi Trono por él. Su condición es humilde como la hoja que se mece en la copa de los árboles, nada de lo que proviene del hombre lo ata, solo desea el bien de sus hermanos.

Yo, Dios de Israel, elevo a los pequeños a las alturas como el cielo se eleva sobre las montañas y mis caminos no son los de los hombres, así como elevé a María, al nivel más elevado que una criatura puede ocupar, también elevaré a mi pequeño.

Para que esto suceda, antes, el pueblo argentino deberá ser PURIFICADO para erradicar todos sus falsos dioses e ídolos, costumbres y tradiciones paganas que de generación en generación ocuparon y se arraigaron en el alma de los hombres.

Cuando esta tierra sea purgada y quede limpia para esperar a mi rebaño disperso, la Santísima Trinidad, Un Solo Dios, habitará en la nación que pasó de la muerte a la vida.

Por amor a mis ovejas, que allí viven, que desean saber de su Señor y están atentas a escuchar su designio, por sus méritos haré de este suelo una nación grande y poderosa en mí, Dios Omnipotente.

Le daré la facultad de reunir a todos sus vecinos y llamarlos para que se preparen a recibir al quemado y desamparado, y lo conduzcan donde la Estrella del firmamento los espera.

El anticristo perseguirá a los míos, pero aceleraré el caminar de los hijos de la luz, retrasaré y entorpeceré los pasos de los ejércitos de satanás así como lo hice con el ejército de Egipto.

Le daré a mi pequeño hijo a quien he llamado a regir y heredar estas haciendas la autoridad de atar y desatar en la tierra, todo lo que ate y desate se reflejará en el Cielo.

Es y será uno con Dios y Yo con él. María me lo presentó ante Mí y le di el nombre de noble, el que cumple los designios del rey y ese rey es mi hijo amado Jesucristo.

Sus hermanos no lo ven porque he nublado sus ojos hasta que el tiempo indicado por Mí sea mostrado como el enviado del cielo.

Sus palabras son mis palabras y los demonios huyen y huirán ante su presencia.

Los dones del Espíritu Santo están en él, le he dado aún más que la mente humana no pueden entender, porque mis hijos que cumplen la Santa Voluntad deben comprender que todo viene de Mí, sin Mí no pueden vivir.

Mi pequeño sin Mí, nada puede hacer, es agradable su proceder ante mi mirada, imita a su Creador a toda acción que Él hace.

Solo por Mi designio y Mi querer revelaré en el interior y abriré los ojos para saber quién es Mi enviado, solo por Mi designio. Él es pobre, no tiene grandes riquezas terrenales, no tiene un hogar propio, ni esposa e hijos, porque Soy todo para él y estoy encima de todos las necesidades de los hombres. Él vive de mi amor y yo me regocijo con el suyo. 

Argentina, colocaré y haré sentar como rey a un desconocido por tu pueblo, antes que las naciones fueran lo había llamado para que cumpla Mi Divino Querer, junto con Mi Amado Hijo e Hija Mía y los Santos de los Últimos Tiempos para que rediman al género humano.

Diré a través de mis profetas y de mi pequeño hijo cuando lo eleve a guiar a mi pueblo junto a María,… a todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche… (Isaías 55, 1), porque la mesa está servida para los hijos y hermanos del Cordero Resucitado, vengan que hay agua del Manantial que nunca se termina y da Vida Eterna.

El corazón de mi niño es Eucaristía y de sus pensamientos surgen buenos consejos para los afligidos, fue nacido en una tierra donde la fe es su bandera y para él es su escudo frente a las adversidades.

Prepárate Argentina mía y tu pueblo de Israel que habitas en las costas del Mediterráneo y tienes por vecina a Palestina, abre tus ojos y saca la suciedad de ellos, mira las tierras del oeste porque será tu nuevo hogar, todas las naciones habitarán bajo un solo estandarte:

Quién como Dios y de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Reinarán junto con mi niño, fiel a la Iglesia y a sus doctrinas, pero humilde como su Señor, con un corazón bondadoso y misericordioso, sabiduría para ver donde no se puede ver, severo y justo ante los impíos y perversos que buscan el mal de sus hermanos.

No le agradan los grandes lujos, los detesta, imita a su Señor en la sencillez y da a quien necesita hasta entregar lo que no tiene. 

Yo Dios de Israel y de los ejércitos, dejo escrito por toda la eternidad en el Libro de la Vida que todo aquel que se atreva a dañar a mi pequeño que he llamado para tal obra, confabule o busque su perdición en lo secreto, deseará no haber nacido, el fuego que proviene de mi justicia será su tormento.

Vuestro Dios ha hablado y está esperando la respuesta de su hija, mi amada Argentina, te he dado tiempo, pero este se acaba, el demonio sabe que una nación ha sido elegida para albergar a los míos, lo he cegado, pero he permitido que su veneno penetre las defensas de esta nación y ponga a prueba a los que allí habitan, arrepiéntete pueblo mío porque cuando el enemigo se despierte y mire que eres tú, vendrá por ti como bestia hambrienta a devorarte, debes estar lista para la batalla.

Bendigo a todos mis niños y les entrego el conocimiento que proviene solo de Mí, reservado para los débiles y desechados por el mundo. Yo vuestro Dios, Padre Eterno.